martes, 10 de junio de 2008

Bombas sobre Bilbao.

Bombas sobre Bilbao. [Publicado en EL CORREO 9.6.08]

Hoy como en 1835 cuando Zumalakarregi, o en 1874 cuando el Sito, o como en 1937 cuando los Dornier 17 alemanes sobrevolaban la Villa, caen bombas sobre Bilbao.

Los carlistas han bombardeado Bilbao, los franquistas han bombardeado Bilbao, los etarras bombardean Bilbao. Si recogemos cartográficamente las bombas que ETA ha colocado en Bilbao tendremos la panorámica de un verdadero bombardeo al que ha sido sometida la ciudad del Nervión por el terrorismo etarra.

Pero Bilbao resiste, como siempre, como su admirada Londres, con la grandeza de ánimo que le caracteriza, sabiendo que resistir es vencer, con la seguridad de que la razón le ampara y que sus enemigos de hoy, igual que los del pasado serán arrojados a la cuneta de la Historia y los valores liberales de Bilbao terminarán imponiéndose.

El terrorismo etarra, envuelto en su retórica nacionalista y revolucionaria no contiene sino una voluntad nihilista y reaccionaria contra el mundo moderno (capitalismo, individualismo, cosmopolitismo, libertad, Constitución de 1978, Unión Europea,) y se mantiene en Europa como el último grupo terrorista, huérfano de todo referente ideológico y aislado socialmente, resto arqueológico de viejas ideas del siglo pasado.

ETA como todo grupo totalitario cree en el terror y en el crimen como instrumento de acción política y pretende aterrorizar a la sociedad, negarle el derecho a la prensa libre –bombardea periódicos- , a la representación política y a la justicia –asesina representantes políticos, policías y jueces- , extorsiona a empresarios…pero nuestra sociedad es mucho más fuerte que los terroristas, la sociedad vasca y española están hechas del mismo pedernal que ETA y no van a ceder ante sus crímenes y amenazas, pero es que los que negamos a ETA no sólo somos más sino también mejores.

Las bombas terroristas son los únicos argumentos de ETA y la prueba de su incapacidad para seducir con su ideología paranoide a la sociedad vasca, de la que se ha apartado completamente. Tengo presentes las escenas de la detención de los terroristas de Burdeos, del tal Thierry y los demás, con sus gritos estridentes, su histeria ideológica, su fealdad física y moral y me han venido a la memoria, -por contraste- los gestos de nobleza y magnanimidad y algunas hermosas palabras pronunciadas por las víctimas del terrorismo etarra.
El reciente asesinato del Guardia Civil José Manuel Piñuel ha provocado por primera vez una reacción institucional en el País Vasco –cenotafio temporal en el Parlamento Vasco custodiado por la Ertzaintza y la Guardia Civil- que ha merecido el sentido reconocimiento de las víctimas del terror, y que nos ha puesto a muchos ante los ojos la enorme belleza moral que han acreditado la inmensa mayoría de las víctimas del terrorismo, belleza moral hecha de una conciencia clara de su propia dignidad, de una poderosa exigencia de justicia y de un inmenso coraje cívico y democrático.

Javier Otaola.- Síndico-Herritarren Defendatzailea (Ombudsman Vitoria-Gasteiz)

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